Para degustar un delicioso plato de jamón ibérico a menudo surge la pregunta de cómo es más fácil conseguirlo: cortado a cuchillo en el momento o abriendo un sobre de loncheado. Está claro que un jamón ibérico loncheado presenta una leve pérdida de propiedades, pero es una forma práctica y eficiente de poder saborear un producto rico y sabroso.
Lo que hay que tener claro es que cualquiera de las dos opciones permiten disfrutar de un preciado alimento como el jamón ibérico. Y cada una tiene sus ventajas e inconvenientes.
Ventajas del jamón ibérico loncheado
Al pensar en las ventajas del jamón ibérico loncheado se nos viene a la cabeza sobre todo la comodidad, pero no es la única. Podemos resumir los principales puntos a favor de esta opción en:
- Rapidez para el consumo
- Perfección de las lonchas
- Máximo aprovechamiento
- No necesidad de accesorios ni formación para cortarlo
- Optimización del espacio
- Conservación
- Se puede llevarlo a cualquier sitio
Al comprar jamón ibérico loncheado o pedir a nuestro charcutero que nos lo corte y envase al vacío estamos ampliando las posibilidades de degustar un producto de máxima calidad. Hay que tener en cuenta que un jamón ibérico puede pesar entre 7 u 8 kilos y esta cantidad hace que el tiempo de consumo sea largo. Al disponer del producto envasado al vacío nos aseguramos de que no se estropee nada y tomarlo en perfecto estado de curación.
Otra ventaja que hace al jamón ibérico loncheado atractivo es el ahorro de espacio. Una pata de jamón ocupa un espacio considerable, ya sea en un jamonero horizontal o vertical, y muchas cocinas no disponen de tanto espacio libre. Además, para cortar bien un jamón hay que disponer de cuchillos apropiados y tener unas nociones para no destrozar la pata o cortar lonchas demasiado gruesas que pueden deslucir un buen producto. Sin olvidarnos que gracias al envasado al vacío podemos llevarnos unos sobre de esta delicia a cualquier lugar, ya sea de excursión, de vacaciones o de viaje de negocios.
Inconvenientes del jamón ibérico loncheado y cómo solucionarlo
Pero no todo son ventajas en el jamón ibérico loncheado. Uno de los inconvenientes es el sabor. Aunque como hemos comentado es una forma efectiva de mantener en buenas condiciones el jamón, en el proceso se pierden un poco sus propiedades.
El corte a cuchillo en el momento del consumo saca lo mejor de un jamón ibérico. Un corte profesional es más pausado y lento y hace que se produzcan unas microroturas en las fibras del jamón que hacen que se liberen los compuestos aromáticos de la grasa y del magro. Así se consigue una mayor jugosidad y un bouquet más intenso.
Otro de los problemas del jamón ibérico loncheado es que separar las lonchas a veces es un verdadero problema. La grasa del producto hace que las lonchas se peguen entre sí y cuando abrimos el paquete tenemos un bloque compacto.
Solucionar esto es tan sencillo como sacar el sobre del frigorífico unos 5 minutos antes y dejarlo a temperatura ambiente y después sumergir el paquete en un bol con agua tibia y dejarlo allí entre 3 y 5 minutos. Con esto habremos conseguido que el jamón se separe y podremos disfrutar de un jugoso bocado.