El jamón es un producto muy nuestro y que está presente de múltiples formas en nuestra alimentación. Pero aún nos equivocamos y no conocemos bien la diferencia entre jamón ibérico y serrano.
Te contamos de manera sencilla las características de ambos productos para que sepas qué comes y qué compras.
Diferencia entre jamón ibérico y serrano, su origen
Una gran diferencia entre jamón ibérico y serrano es el origen del animal. Solo se puede llamar jamón ibérico al que viene de cerdos de raza ibérica. Una raza autóctona de la península ibérica que no se da en ningún otro lugar del mundo.
Los cerdos ibéricos son de tamaño mediano, pelo corto y color oscuro. Su pezuña suele ser negra y sus patas son largas, firmes y más estilizadas que las de los cerdos blancos. Hay 4 denominaciones de origen :
- Dehesa de Extremadura
- Pedroche
- Jabugo
- Guijuelo
Otra diferencia entre jamón ibérico y serrano es el tipo de alimentación que ha tenido el animal. En el caso de los cerdos ibéricos se alimentan durante lo que se llama montanera (de octubre a marzo) de piensos ricos en ácidos oléicos mientras pastan libremente por la dehesa.
Por su parte los cerdos blancos dan lugar al denominado jamón serrano, que es un sello de calidad ETG (Especialidad Tradicional Garantizada). El término “serrano” no hace referencia a una raza concreta o a una determinada calidad de los productos. Los jamones serranos pueden venir de cualquier raza de cerdo blanco (Lage White, Landrace o Duroc) y son aquellos que tienen un modo concreto de preparación mediante salazón, quemado y maduración.
Según la curación el jamón serrano puede ser:
- Bodega: 9 meses de curación
- Reserva o Añejo: 12 meses de curación
- Gran Reserva: 15 meses de curación
Diferencia entre jamón ibérico y serrano, sus propiedades
En cuanto a las propiedades, ambos productos son ricos en proteínas y vitaminas. Si bien la diferencia entre jamón ibérico y serrano tiene que ver con la cantidad y la calidad de la grasa. Esta depende de su raza, de la alimentación que ha recibido el cerdo y de la edad de sacrificio.
El jamón serrano contiene más grasas saturadas mientras que el jamón ibérico tiene más grasa entreverada y esta es rica en ácido oléico (por su alimentación con bellotas). Además presenta alto contenido en vitamina E y aminoácidos.