Jamón serrano vs ibérico

Estamos muy acostumbrados a escuchar bocadillo de jamón, croquetas de jamón, un plato de jamón…. pero ¿Sabemos qué tipo de jamón nos dan? Como el apellido del jamón importa mucho, vamos a poner frente a frente jamón serrano vs ibérico. 

Una cuestión de raza

El dato más importante que explica la diferencia entre jamón serrano e ibérico es la raza. El denominado jamón ibérico viene de los cerdos de raza ibérico, una raza autóctona de la península con unas características muy concretas. 

Los cerdos ibéricos son de tamaño mediano. Su piel es oscura, sobre todo en las patas cuya pezuña es negra. Su hocico es alargado y en general son más estilizados que los cerdos blancos. 

Por otro lado, el jamón serrano procede de cualquier tipo de cerdo blanco: Lage, White, Landrace o Duroc. 

Jamón serrano vs ibérico, sabores y matices en paladar

Una de las grandes diferencias entre un jamón serrano vs ibérico es el sabor en boca. Un jamón ibérico tiene mayor jugosidad y un bouquet más intenso. 

Las características del animal junto con el tipo de alimentación (bellotas), su crianza en libertad por las dehesas y el proceso de elaboración hacen del jamón ibérico un producto gourmet. 

Por su parte el jamón serrano es también un producto de un sabor peculiar que lo distingue de otros. Es un producto diferente pero también con excelentes propiedades. 

Diferencia nutricional

Uno de los aspectos que diferencian un producto ibérico del serrano es su valor nutricional. El jamón ibérico tiene la grasa entreverada y esta es rica en ácido oléico gracias a las bellotas que forman parte de su alimentación. 

Dentro de los jamones ibéricos hay diferencias según la cantidad y calidad de la grasa que varía notablemente dependiendo de la alimentación del animal, de la edad de sacrificio y del proceso de curación.