Si te estás planteando comprar un jamón, es importante que conozcas las distintas variedades. Te explicamos las diferencias entre jamón serrano e ibérico para que puedas tomar mejor una decisión.
En lo primero que queremos hacer hincapié es en que cualquiera de las dos opciones son alimentos saludables y un placer para el paladar. Dicho esto, vayamos con la diferencia más importante: la raza del cerdo.
- Cerdo blanco. Animal que se puede encontrar en cualquier país y del cual se obtiene jamón serrano.
- Cerdo ibérico. Cerdo de raza ibérica, autóctono y exclusivo de la península ibérica con el que se elaboran jamones ibéricos.
Jamón ibérico, un producto peninsular
Los jamones ibéricos son los que vienen de cerdos de raza ibérica que se distinguen de los demás por su origen, alimentación y el proceso de elaboración.
El cerdo ibérico es un animal más pequeño, de tamaño mediano, de color más oscuro y pelo corto. El hocico es más alargado y sus patas, de pezuña negra, son más finas y estilizadas que las de los cerdos blancos.
Encontramos 4 denominaciones de origen:
- Guijuelo
- Dehesa de Extremadura
- Pedroche
- Jabugo
Su alimentación es otro de sus rasgos distintivos. Los cerdos ibéricos se alimentan de piensos ricos en ácidos oleicos (sobre todo bellotas) y pasan una buena parte de su vida pastando al aire libre por las dehesas.
Distintos procesos de elaboración
Al hablar de un jamón serrano, hablamos de un producto procedente de cualquier tipo de cerdo blanco (Lage White, Landrace o Duroc), pero también atañe a su modo de preparación que suele ser salazón, quemado y maduración.
Mientras que la elaboración de un auténtico jamón ibérico es más artesanal: despiece, salazón, lavado, secado, maduración y envejecimiento. En concreto, para ser un jamón 100% ibérico de bellota tiene que curarse durante 36 meses.
Diferencias nutricionales entre jamón serrano e ibérico
Como hemos señalado una de las mayores diferencias entre jamón serrano e ibérico es la raza de la que procede el cerdo, pero no es la única. También se distinguen por su valor nutricional.
Un aspecto esencial es la cantidad y calidad de la grasa que varía según la raza, edad del animal y alimentación.
El jamón ibérico tiene la grasa entreverada y es una grasa más rica en ácidos oleicos, que es buena para la salud cardiovascular. También su carne tiene más contenido en vitamina E y aminoácidos como el triptófano y la metionina.
Dos productos diferentes y ricos que deleitarán tu paladar.
